Ikat

Los patrones magníficos y los colores brillantes de los productos tejidos ikat son los símbolos de estatus de Asia Central en el siglo XIX.

En la época presoviética en Uzbekistán, no era solo un acento colorido: el ikat era la máxima manifestación del arte de un diseñador de moda y la habilidad de un tintorero, una parte indispensable de la vida en aquellos hogares que podían permitírselo, un importante área de la creciente economía urbana, un regalo valioso y prestigioso, ya sea para un ser querido o para el rey.

Ikat fue un vínculo en muchas esferas de la vida: política, económica y social.

Una de las razones del prestigio de los textiles ikat es la dificultad de su fabricación. Todo el truco del ikat es que los colores y patrones se aplican a los hilos por adelantado, antes de tejer la tela, y solo cuando el producto está listo, el patrón aparece prominentemente ante tus ojos.

Cada hebra de hilo se puede teñir y secar hasta tres veces. Los colores principales de los tintes son amarillo, rojo y azul. Antes de cada etapa del proceso de teñido, el maestro debe amarrar cada hebra para proteger las áreas que no deben absorber este tinte. Por lo tanto, el área que será azul debe amarrarse antes de teñir de amarillo y rojo; el área que será verde debe absorber el tinte amarillo, luego debe atarse para el rojo y luego desatar el azul, de modo que el amarillo y el azul juntos hagan el verde.

Los ikats con algunas variaciones se produjeron en muchas regiones del mundo

La palabra “ikat” en sí proviene de un término malayo que significa “atar”. Los tejedores de Asia Central, que trabajaban con la técnica ikat, utilizaban hilos de seda finos y secos para tejer. La urdimbre, cuyos hilos estaban ubicados a través de los hilos de la trama, generalmente era una cretona suave y discreta.

La técnica del ikat también se usaba en otros lugares, pero en Asia Central las cosas eran diferentes. Sus tejidos resultaron ser los más llamativos: colores que recuerdan a las piedras preciosas, con estampados muy claros. No verás esto en ningún otro lugar del mundo.

Las antiguas ciudades de Asia Central, ubicadas a lo largo de la Ruta de la Seda del norte, fueron famosas durante siglos por la producción de lujosos tejidos.En cuanto a los ikats, su producción principal comenzó en Bukhara y se extendió a Samarcanda, y luego al Valle de Ferghana. Floreció a principios del siglo XIX y murió esencialmente en los años 20 y 30 del siglo XX, cuando el poder soviético llegó a la región. Las personas que están familiarizadas con el arte islámico y su lenguaje captan inmediatamente la conexión con la tradición, pero notan que aquí realmente se ha elevado a un nuevo nivel.

Los productos del período temprano a menudo se distinguen por transiciones de color rápidas de un área a otra, sin distinciones claras entre el patrón principal y el fondo. La forma cambió a mediados del siglo XIX, cuando los artesanos habían dominado bien la técnica. “A mediados del siglo XIX estaban listos para crear nuevos dibujos. Y, como puedes ver, entre 1850 y 1880 hubo una explosión de nuevas ideas.

Los patrones anteriores se repitieron, pero no exactamente. Los artistas no se estancaron. Al probar algo nuevo, siguieron patrones tradicionales pero los interpretaron de manera diferente. El arte de los maestros de ikat se puede comparar con la improvisación del jazz: en el contexto de la repetición de temas antiguos, se agregan nuevos elementos y surgen nuevas melodías.

Los viejos maestros del ikat dijeron en las décadas de 1940 y 1950 que los impulsaba el deseo de transmitir un estado de ánimo estacional, por ejemplo, utilizando figuras abstractas basadas en formas naturales.

Aunque los diseños son complejos y el proceso de producción requiere mucho tiempo, las prendas más sencillas se confeccionaron con tejidos utilizando la técnica ikat: vestidos de mujer y shalwars, túnicas en forma de T, tanto para hombres como para mujeres. Los patrones de batas para mujeres difieren solo en pequeños pliegues debajo de las mangas, de modo que la parte superior de la bata se ajusta un poco más a la figura y un corte ligeramente más suelto en la parte inferior.

El forro de la túnica también se hizo brillante, pero no de ikat, sino de tela de algodón estampada. Ikat era demasiado “caro y prestigioso” para la mayoría de las personas. Era un tejido lujoso para ocasiones especiales. Todo el mundo quería tenerlo, pero no todo el mundo podía permitírselo: para ello era necesario tener unos ingresos elevados. Dependiendo de los ingresos de una persona, su guardarropa podría tener un solo producto de este tipo, o docenas.

No se tiró ni una sola pieza de ikat viejo. Una bata gastada para un adulto podría modificarse para un niño o usarse como ribete para otra ropa.

Aunque los tejidos y prendas con la técnica ikat se elaboraban en los centros urbanos de Asia Central -oasis a lo largo de la Ruta de la Seda-, también eran utilizados por los nómadas del interior del país, así como por los residentes urbanos de clase media.

Sin embargo, en el siglo XX, el prestigio de los ikats de Asia Central provocó el declive de la industria que los producía. Porque, por ejemplo, los talleres privados -diseñadores de moda, tintoreros, tejedores y sastres, a veces de diferentes grupos étnicos y religiosos- no podían encajar en el ideal de colectivismo predicado en la Unión Soviética. Intentaron por todos los medios preservar de alguna manera la tradición, pero, lamentablemente, cuando llegó el régimen soviético, el ikat se consideró un producto típico de la clase media, para clientes adinerados, y por lo tanto, en esencia, prohibieron la producción y el uso. de este material